miércoles, 26 de agosto de 2015

Vuelvo a verla




    Vuelvo a verla de nuevo, y como cada día volveré a compartir con ella la misma jornada, con sus rutinas y seguramente  parecidas pláticas y pensamientos. Las risas y las alegrías y si todo va bien, ningún malestar. Quizás, con algún factor sorpresa.

    Conozco de ella hasta sus más íntimos secretos, como si dentro de mí se hubiese gestado su personalidad. Moldeada a los caprichos del tiempo en el que nacimos.

    Hoy me pregunto si la sigo queriendo por eso o, la dejé olvidada al darme cuenta de que era tan normal como yo. El amor que nos une tiene idéntica longitud, y tal vez, pueda estirarse hasta considerarnos por igual de especial.  

     ¿A quién se le puede amar mejor que no sea ella? Ahí la tengo, enfrente de mí y sin pronunciar palabra, Sin tan siquiera un sonido nos hemos entendido mejor que siendo amigas.

    Mirando con esos ojos serenos, abiertos y con un redondo mapa del mundo en el centro de cada uno. Tan sólo observan cómo me entretengo a estudiar los trazos del mapa que están mostrándome. 

    Me pierdo en su mirada almendrada y obtengo los planos de muchos caminos, ríos de información y mares de sabiduría, montañas escaladas y multitud de lágrimas y sonrisas por cada vía del camino. 

     Es semejante a estudiar tu propio libro de la vida dentro de una inmensidad pequeña. El ser que me observa viene de muy lejos, de años luz incontables. Sus experiencias son cuantiosas y extraordinarias.  

    Ha dejado su comodidad para ofrecerme su experiencia por la vida. Y yo me he comprometido a quererla como solo puede quererse una misma.  

    Buceo con descaro y entusiasmo  en esos pequeños globos terráqueos que justo ahora me están diciendo tanto y me pregunto, ¿a quién tengo enfrente en silencio que tanto valor tiene? 

    ¿Quién eres realmente? ¿Acaso eres un Ser de Luz venido del espacio? Sus ojos hablan con una amplia sonrisa de complicidad y comprendo, que estoy hablando con la persona que más amo del mundo.  

               Observo la vida en mi misma, y lo único que nos separa
es un reflejo.  



©Mila Gomez.

Texto poético recitado. 







Paul Delvaux "Le Mirror" 1936


Imagen de internet



2 comentarios:

  1. Querida Mila, es un texto extraordinariamente bello. A través del reflejo de la imagen que devuelve el espejo dejas al descubierto el infinito amor que sientes hacia el maravilloso Ser que te habita. Un amor que late en cada palabra, el amor que nadie ni nada nos puede dar con más autenticidad que el que podamos darnos a nosotros mismos.
    Has elegido una imagen magnífica como complemento y muy acertada, la mirada que ve más allá de lo que muestra el reflejo de una imagen...el Ser puro, al desnudo.
    Ha sido un enorme placer leer este bello texto mi preciosa amiga.
    Abrazo inmenso a tu bello Ser, querida Mila.

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    1. Hola preciosa, me alegra saber que te resultó bello el texto, producto de una inspiración cuando al mirarme al espejo, me detuve a observar mejor la imagen que tenía delante. ¡Era yo, y no lo era! Solo al profundizar pude apreciar al cuerpo y al Ser que lo habitaba. Es una sensación mágica y liberadora, darte cuenta que más allá de la apariencia late otro corazón que solo sabe de amor. Un amor, que se ha de dar una misma para poder darlo a los demás.

      Reconozco que la imagen no puede ser más idónea, creo que también influyó para que el texto saliera así. Hizo que me viera mejor. Un millón de gracias por detenerte en mi mirada, querida Marina.
      Un placer tenerte aquí.
      Abrazo inmenso a tu bello, Ser.

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